LA NASA EN EL MUNDO

La NASA descubre vida en el arsénico



Nuestros hallazgos son un recordatorio de que la vida tal y como la conocemos podría ser mucho más flexible de lo que asumimos o podemos imaginar. No obstante esta no es una historia sobre el arsénico o el lago Mono. Si existe algo, aquí en la Tierra, capaz de hacer algo tan inesperado, ¿qué otras cosas que aún no hayamos visto es capaz de hacer la vida? Ya es hora de averiguarlo.
Esta frase de la astrobióloga Felisa Wolfe-Simon, resume a la perfección lo que subyace a este importante descubrimiento que hoy mismo se ha hecho público, aunque había sido pre-anunciado a “bombo y platillo” por la Nasa hace apenas dos semanas.
La noticia en sí es que un  grupo de investigadores, capitaneado por la anteriormente citada astrobióloga Felisa Wolfe-Simon, ha descubierto una bacteria que es capaz de utilizar arsénico para crecer y vivir. Concretamente la bacteria que nos ocupa se llama GFAJ-1, pertenece a la familia de las Halomonadaceae y la encontraron en Mono, un lago situado en California que tiene altas concentración de sal y arsénico. “Sabíamos ya que algunos mibrobios pueden respirar arsénico, pero lo que hemos descubierto es que esta bacteria es capaz de hacer algo nuevo, al construir parte de sí misma con ese elemento”, ha explicado Wolfe-Simon.
Todas las formas de vida que conocíamos hasta ahora están formadas por seis elementos químicos básicos (oxígeno, carbono, hidrógeno, nitrógeno, fósforo y azufre) y la ciencia pensaba que cualquier ser vivo, por fuerza, requería de ellos. Pero nos equivocábamos, ya que la bacteria que nos ocupa es capaz de sustituir en sus moléculas el fósforo por nada más y nada menos que arsénico —sustancia extremadamente tóxica— para sustentar su crecimiento.
La conclusión final y realmente importante de todo esto es que el hallazgo de la NASA demuestra que la existencia de seres vivos formados por elementos de la tabla periódica diferentes a los que se consideraban imprescindibles es factible, lo que a su vez se traduce en dos cosas: por un lado podremos perfeccionar mucho más los instrumentos y técnicas para buscar vida extraterrestre; y por el otro, el número de planetas en los que es factible buscarla se ha multiplicado. “La definición de vida sencillamente se ha ensanchado”, ha comentado Ed Weiler, director científico de la NASA. “En nuestro esfuerzo por buscar signos de vida en el Sistema Solar, tenemos que tener mayor amplitud de miras”.

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